domingo, 10 de julio de 2011

Las palabras duelen más que las acciones..

Una vez escuché esta frase.. "una buena acción, borra una mala acción.. las palabras no se borran con acciones, se borran con perdón"

Tuve (tengo) el carácter muy fuerte, y soy de esas que parecen de piedra por fuera, pero frágiles por dentro. Siempre que me quitan de mis casillas reacciono mal, pero luego de pensar con la cabeza fría pido disculpas si traté mal a alguien, no soy de guardar rencores ni odio jamás lo he hecho y nunca lo haré, no tengo orgullo que pueda cegar mis ojos y no hacerme decir "los siento". Pero sí he experimentado muchas cosas en mi vida, y una de ellas es que las palabras duelen más que la acciones. Alguna vez cuando fui niña, mi madre me regaló un paquete de lápices de colores para hacer mis tareas de la escuela, fui feliz en ese momento, me pasé todo un fin de semana pintando y coloreando mis cuadernos, cambié la bicicleta, los patines, las muñecas por los lápices de colores que sin darme cuenta se volvió una pasión. Un día de clases, un compañerito que tenía en ese entonces me quitó la caja de lápices y lo escondió. Cuando me dí cuenta me puse a buscar y no los encontraba y el se reía con otros compañeritos porque me veían desesperada por no encontrar mis lápices, hasta que otra compañerita mía me dijo que ellos los habían guardado y que se reían de mi por eso. Enojada y con rabia, fui hasta ellos, les pregunté si tenían mis lápices de colores y ellos riéndose dijeron que no lo tenían, hasta que miré en el cajón de la mesa y ahí estaban mis lápices, los quité de ese lugar y los llevé de vuelta conmigo y uno de mis compañeros me dijo: "Con lápices o no, tus dibujos igual son feos".. Ese día marcó mi vida, suena una tontería, pero los lápices y los dibujos eran mi pasión, amaba pintar y dibujar en vez de ver televisión o jugar a la pelota. Cuando escuché esa frase, que jamás la olvido, me puse a llorar, no me importó que hayan escondido mis lápices sino que me hayan herido con esas palabras, desde esa vez, nunca mas dibujé ni pinté porque creía que mis dibujos eran horribles. Aprendí que las palabras duelen, duelen de tal forma que pueden destruir la vida de uno y quitarle todos esos sueños que alguna vez hubo. Un golpe, una caída, un mal accionar se puede corregir, pero una frase hiriente jamas se olvida. A las palabras no se las lleva el viento, las trae de vuelta para que respiremos y quede en nuestro interior, si no quitamos de nuestra mente, podemos fracasar. Todo lo que yo haga hoy o mañana es pasable, todo lo que yo diga hoy o mañana puede que alguien no lo olvide. Grandes filósofos que dejaron sus frases que hasta hoy perduran y sirven de ejemplo, intentemos hacer algo parecido en la vida y no quedemos como los malos de la película. No todos son iguales, no todos son capaces de escuchar algo e ignorar, no todos tienen el autoestima en la cima que ni el saludo les molesta, seamos conscientes de que hay personas con el corazón sensible y la mente susceptible, hay cosas que pueden marcar la vida de otros y a corto o largo plazo, podemos ser culpables de las consecuencias.

Las acciones se justifican, las palabras no. Y siempre que digamos algo con malas intenciones, pensemos bien y pidamos disculpas, tal vez, evitamos un suicidio o el fracaso de alguna persona o el corazón roto de un ser querido que tal vez, jamás se vuelva a unir.

2 comentarios:

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  2. No hay dibujos feos cuando salen del corazón. Recuerda estas frase mejor que la que te dijeron. Hay que quedarse con los bueno, lo malo no sirve, así que guarda las palabras y los recuerdos buenos. Saludos pelirroja, que tengas un buen día.

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